lunes, 12 de septiembre de 2011

Motivaciones para estar en la Iglesia

Todas las cosas las hacemos por un propósito, por lo menos eso es una de las lecciones de Emile Durkheim en su estudio clásico acerca del suicidio. Si esto es así (Que cada cosa que hacemos tiene una motivación) ¿Cual es mi motivación para ir a la iglesia?
En el evangelio según Marcos encontramos en el capitulo 11 versos del 15 al 19 tres motivaciones para ir a la casa de Dios. Adelanto que hay dos incorrectas y una correcta.
La Biblia dice: "Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.
Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad."
El Señor Jesús estaba en su última semana de ministerio, el día anterior, domingo, había entrado en Jerusalén siendo aclamado como rey, ahora día lunes está de regreso en la ciudad para enseñar, pero había algo que no estaba bien, había ventas de animales y cambistas de monedas en los patios del templo.

La primera motivación que veo de ir al templo es: Motivación de riqueza.
Los beneficiados de este negocio eran nada menos que los sumo sacerdotes Anás y Caifás. Este era un negocio muy rentable porque inflaban los precios de los animales para los sacrificios y también inflaban el cambio de monedas romanas a las monedas que se podía ocupar para ofrenda en el templo.
Pedro nos advierte de estos deseos de riqueza. " y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme." 2 Pedro 2:3.
Para todos aquellos que servimos a Dios en el pastorado esta es una motivación errónea y señalada por Cristo. La reacción del Señor fue hacer un azote y darle vuelta a las mesas de los cambistas y romper las jaulas de los animales. Mi anhelo es que como pastores evitemos toda motivación de enriquecernos.

La segunda motivación es una motivación de provecho.
La biblia dice que: "el Señor no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno." Vr 16 Déjeme explicarte que el templo de Jerusalén estaba al costado oriental de la ciudad, había un entrada al oriente en el valle y las personas por el beneficio de no dar la vuelta a las murallas de la ciudad tomaban un atajo y a travesaban los patio del templo. Su interés de ir al templo era para buscar un provecho personal, en esta caso ahorrar tiempo.
Se dio el caso en una iglesia de un muchacho que llegó y a los pocos meses ya tenía novia, después se casaron pero a este nuevo matrimonio no se le volvió a ver. Un diacono se encontró con el muchacho y al preguntarle por que ya no había llegado el muchacho le respondió. "Fuí a la iglesia a buscar esposa, mi abuelo me aconsejó que el mejor lugar para encontrar una buena esposa no eran las fiestas, ni mucho menos los bares, sino la iglesia evangélica"
Hay muchas personas así hoy en día, solo van a la iglesia el día que van a regalar algo. Los pastores que ocupan esta estrategia para llenar algún culto están alimentando una mala motivación en su congregación. ¿Que va a pasar el siguiente domingo cuando no halla nada material que darle a las personas? La asistencia bajará considerablemente.

La tercera motivación para ir a la iglesia la encontramos en las palabras del Señor: "Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones". Esta es una motivación de comunión. La casa de Dios en Jerusalén era un lugar para orar, comunicarse con el Dios poderoso y eterno. Esta es la verdadera motivación para ir a la casa de Dios. La Biblia dice que donde están dos o tres reunidos en su nombre, ahí está el Señor. Cuando nos juntamos en la iglesia la presencia del Señor es una realidad entre nosotros, es un tiempo para tener comunión con nuestro Dios a través de las alabanzas, ofrendas y del sermón.
En el templo de Jerusalén el problema era que los lugares de las ventas de animales y los cambistas estaban ubicados en el lugar que estaba dedicado para que los gentiles (no judíos) hicieran sus oraciones. El propósito esencial estaba siendo estorbado.
En este momento me pregunto: ¿No será que estamos estorbando el objetivo principal para ir a la casa de Dios? ¿Comprenden los hermanos de mi congregación a lo que van a la iglesia?
Quiero hacerles un reto: La próxima vez que tengas que ir a la iglesia preguntate ¿A que voy? ¿Cual mi motivación? ¿Deseo realmente tener comunión con Dios?
Le pido a Dios que aprendas a disfrutar de su comunión en su presencia y que puedas sentir el temor reverente que infunde la santa presencia de nuestro eterno Dios.

Predicado el domingo 4 de septiembre de 2011 en la Iglesia Bíblica Pan de Vida, Los Planes de Renderos
Adaptado para el Blog.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

pasé a ver tu enlace, gracias por compartirlo.

Sara Orantes