lunes, 20 de diciembre de 2010

Somo paganos, pusimos el árbol de Navidad


Escrito por el Pastor Romeo Guevara, tomado de enrique60.wordpress.com

"Asi es mi esposa y mi hijo y mi suegra decidieron desafiar a Dios y no resistieron la tentación de poner el árbol de navidad en casa". Uno de los símbolos navideños más atacados por algunas sectas y aun por cristianos mismos, es el árbol de Navidad. La acusación central es que muchas civilizaciones del pasado adoraban o incluían árboles en su tradición mitológica. En la antigua Babilonia, por ejemplo, se usaba un árbol como parte de una liturgia relacionada con el mito de la resurrección de Tammuz, una deidad pagana. Debido a esto concluyen algunos que el árbol de Navidad es pagano y se debe considerar como una ofensa a Dios. ¿Es válido este argumento? En realidad el razonamiento por el cual se llega a esta conclusión es erróneo. Lo único que prueba es que en ambas ocasiones un árbol era utilizado. En el estudio de la lógica, esto se conoce como la falacia de culpabilidad por asociación, en otras palabras, el árbol de Navidad es declarado culpable simplemente porque un árbol se utilizaba en una celebración pagana. Lo que debemos entender es que ciertas semejanzas en costumbres, tradiciones o ceremonias, no necesariamente significa semejanza en pensamiento o contenido. Permítanos usar una ilustración: cuando un cacique de los indios tarianos en el alto Amazonas muere, lo incineran y luego la tribu participa en una ceremonia donde se beben las cenizas de sus huesos mezcladas con vino. Ellos piensan que al beber la poción adquieren así el poder y la virtud del fallecido. Ceremonias como ésta son comunes en el mundo y en la historia. En algunas de ellas se llega hasta beber sangre. La pregunta que surge es: ¿Mancha esto de paganismo la celebración que los cristianos conocemos como la Santa Cena o Comunión? ¡Claro que no! Como tampoco el uso de un árbol en un rito pagano invalida el árbol de Navidad dentro de la tradición cristiana. Aún suponiendo que la costumbre del árbol de Navidad hubiera sido tomada directamente de una ceremonia pagana (lo cual no es cierto), cuando el cristianismo le atribuye otro simbolismo, la conexión con el paganismo queda cancelada. Desafortunadamente se llega hasta utilizar la Biblia para justificar la aversión por el árbol de Navidad, mediante el uso de textos aislados donde el contexto es totalmente ignorado por gente que se supone son maestros bíblicos. Uno de los pasajes favoritos es Jeremías 10:1-5, donde Dios condena la creación de ídolos permanentes hechos de los árboles del bosque. Asociar el árbol de Navidad con este pasaje es leer en el texto algo que no existe, lo que constituye una violación de las reglas de la interpretación bíblica. Además, el sentido común nos indica que el contexto del pasaje no puede tener ninguna conexión con la Navidad ni con el árbol, ya que la tradición del árbol comenzó en Alemania aproximadamente dos mil años más tarde, en el siglo XVI. Jeremías no está profetizando acerca del paganismo a 2000 años de distancia en el futuro, sino denunciando la idolatría desenfrenada de su época. El profeta escribe a sus contemporáneos cautivos en Babilonia y los insta a mantenerse incontaminados del ambiente pagano que los rodeaba. Ninguna interpretación bíblica legítima permite el torcimiento de este pasaje con el propósito de asociarlo con el árbol de Navidad. Pero alguien puede preguntar: ¿Por qué se habla de adornar un árbol en este pasaje? Obviamente el pasaje no tiene nada que ver con decorar un árbol. La advertencia está relacionada con esculpir un ídolo con la madera del árbol (v. 3). Mientras que los ricos podían fabricar ídolos de metales preciosos, los pobres tenían que contentarse con hacerlos de madera (Isa. 40:19-20). La referencia a que son adornados con plata y oro es clara referencia en el idioma original a que el ídolo tallado del leño era laminado o cubierto con una capa de metales preciosos (vs. 4, 9). Es posible que aun alguien pueda objetar: ¿Por qué Jeremías usa la palabras “leño” para referirse a un ídolo (v. 8)? Respuesta: El profeta está usando aquí una figura literaria llamada sinécdoque, en la cual se le da al producto terminado el mismo nombre del material usado en la fabricación. El leño se usa para esculpir un ídolo, y al ídolo, una vez terminado, se le continúa llamando “leño”. De la misma forma, la Biblia llama “madero” a la cruz donde murió Cristo, porque la materia prima que se usaba para hacer una cruz era un madero.
La creación del árbol de Navidad fue el resultado de la combinación de dos símbolos de matiz espiritual. El primero fue el árbol del Paraíso, que representaba el Árbol de la Vida (Génesis 2:9; 3:24). El segundo fue una repisa trian­gular decorada con motivos navideños, entre ellos la estrella que guió a los magos desde el oriente hasta Judea. De la combinación de estos símbolos, ambos de contenido espiritual, nació el árbol de Navidad. La tradición le adjudica a Martín Lutero la idea de agregarle luces, representando a Jesucristo, la luz del mundo. Como vemos, el origen del árbol de Navidad no tiene nada que ver con el paganismo ni con la idolatría. Sin embargo, a pesar de lo ya expuesto, nosotros respetamos la posición de aquellos que ven en el árbol de Navidad algo incompatible con la fe cristiana. Así mismo exhorto a estos hermanos a no juzgar a aquellos que incorporan el árbol a sus celebraciones. Los cristianos no debemos enfocarnos en diferencias de aspecto secundario, lo que en nada edifica, por el contrario, ocasiona contiendas.