“Prepárate para venir
al encuentro de tu Dios”
Por Harold S. Martin
El mensaje
que estás a punto de leer está basado en un breve texto que se encuentra en la
Biblia. Dios dice: “Por tanto, de esta
manera te haré a ti, oh Israel; y porque te haré hacer esto, prepárate para
venir al encuentro de tu Dios, oh Israel” Amos 4:12. Este versículo declara
un principio eterno con Dios, las palabras son una invitación y una advertencia
para toda generación- Prepárate para
venir al encuentro de tu Dios.
Cerca de cien años atrás, la compañía más grande de ferrocarriles en
Los Estados Unidos, vio el peligro y la muerte que tan a menudo resultaba de la
colisión de locomotoras con vehículos que trataban de cruzar las vías férreas.
Así que la compañía ofreció un premio de $2,500 a la persona que sugiera las
tres mejores palabras para ser usadas de advertencia en los cruces de
ferrocarril. Las mejores tres palabras fueron: Alto, Mire y Oiga.
Palabras que tal vez has visto, cada una de estas palabras costó $833. Pero
estas palabras son útiles porque las personas hacen caso a estas tres palabras.
¿De qué sirve la palabra “Alto” si las personas no se detienen? ¿Qué protección
ofrece la palabra “Mire” si uno no mira? ¿Qué advertencia da la palabra “Oiga” si
nosotros no escuchamos?
De igual manera tú puedes tener contacto con todo tipo de enseñanza
sobre cómo prepararte para ir al cielo y aún así ir al infierno, a menos que te
prepares.
I- Notemos la
simplicidad de las palabras.
Cada palabra del texto es
extremadamente simple. La Biblia dice “Prepárate
para venir al encuentro de tu Dios.” Prepárate simplemente significa “estar
listo.” Estar listo para la muerte, estar listo para el juicio, estar listo
para la venida del Señor. Las escrituras dicen que las personas no están listas
para venir al encuentro de Dios cuando nacen en este mundo. Dios dice que todas
las personas han nacido en iniquidad. Esto significa que nuestros pecados deben
de ser cubiertos para estar en paz con Dios al momento de ir a su encuentro, y
la Biblia es bien clara en declara el hecho de que solo la sangre de Jesucristo
puede remover nuestros pecados. 1 de Juan 1:7 dice: “y la sangre de Jesucristo
su hijo nos limpia de todo pecado.”
La palabra “prepárate” es muy
sencilla. No es un misterio para nadie. Las palabras del texto no son un
problema de matemáticas. Todos saben lo que significa “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios.” Significa “Alístate
para venir al encuentro de tu Dios, está tan claro como un camino de asfalto a
lo largo de un campo de nieve. Y aun así estas palabras son aparentemente mal
entendidas. Las personas se preparan para el matrimonio, algunos se preparan
para las vacaciones. La mayoría preparan a sus hijos para el primer año de
escuela, muchos se preparan para la vejez ahorrando en cuentas previsionales.
De hecho todos no preparamos para cualquier cosa excepto para lo más importante
de ésta vida y de la eternidad. Esto es venir al encuentro con Dios. Pon
atención a estas palabras sencillas de la biblia: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios.”
II- La certeza de venir al
encuentro con Dios
Hay una cosa cierta: Todos debemos de venir al encuentro con Dios. El
rico, el pobre, el anciano y el joven, el culto y el inculto. Todos vendremos
al encuentro con Dios. Tal vez hayas cancelado muchos compromisos aquí en esta
vida, pero hay un compromiso que deberás de mantener. Tendrás que encarar al
Dios que te creó. La Biblia dice: “De manera que cada uno de nosotros dará a
Dios cuenta de si” Romanos 14:12
Uno pudiera morir de repente y ser escoltado a la presencia de Dios sin
advertencia alguna. Un predicador anciano en Escocia quien era un poco
excéntrico, fue al taller de un hombre de su comunidad. El encargado del taller
dice: -estaba ocupado en mi taller cuando de repente en medio de mi trabajo,
entró el predicador sin tocar y sin dar aviso alguno.
El predicador dijo: - ¿Me esperaba?
-No señor, no lo esperaba- contestó el encargado del taller.
El
predicador guardo silencio por una breve pausa y preguntó macabramente -¿Qué
tal si yo hubiera sido la muerte?- Y luego se volvió y salió tan rápido como
llegó. El encargado del taller cuando cuenta esta experiencia le hizo
reflexionar y como resultado se volvió al Señor Jesús en arrepentimiento y fe.
Para el
cristiano el venir al encuentro de su Dios será una experiencia emocionante. El
apóstol Pablo, cerca del final de su vida, dijo, “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida
está cercano” 2 de Timoteo 4:6. La muerte le llego poco después de haber
escrito estas palabras. Pero para el incrédulo, el venir a encontrarse con
Dios, será una experiencia espantosa. La Biblia dice “Horrenda cosa en caer en
manos del Dios vivo” Hebreos 10:31. Y otra vez “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá
por inocente al culpable” Números 14:18.
Si tú resistes el amor de Dios, no recibes su salvación y desprecias sus
advertencias; entonces el día que estés delante de Él, será terrible.
III- Lo ridículo de
posponer la decisión
Cada uno de nosotros ha ofendido a Dios muchas veces. La justicia de
Dios demanda que nosotros seamos castigados por nuestros pecados, pero el amor
de Dios ha proveído una solución.
Esta solución es la muerte del Hijo de Dios, Isaías dice: “más Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros.” De manera que la muerte de Cristo
será efectiva como expiación de nuestros pecados cuando le recibamos a Él en
nuestros corazones. Sin embargo la tendencia es a posponer esta decisión.
Posponer es: Dejar algo para un momento o fecha posterior.
La Biblia nos dice como Pablo le predicó a Félix (el gobernador romano
de Judea) sobre el plan de salvación de Dios a lo cual Félix contestó: “Ahora vete; pero en cuanto tenga
oportunidad te llamaré” Hechos 24:25
Cualquiera de nosotros podría morir antes de las 10:30 de esta noche,
nunca sabernos cuando la muerte vendrá, pero cuando Dios nos llame, nos
llevará. Algunas personas creen que podrán esperar hasta la onceaba hora antes
de dar sus corazones al Señor, pero la mayoría de personas que esperan llegar a
la onceaba hora mueren a las 10:30. Siempre será peligroso posponer esta
decisión.
“Al
reloj de la vida se le ha dado cuerda solo una vez,
y
no hay hombre que tenga el poder
de
decir cuando las manecillas se detendrán,
a
la hora tarde o temprana”
IV- La tontería de rechazar a
Cristo
La salvación es un regalo. No es algo que se pueda ganar. La Biblia
dice: “Porque la paga del pecado es
muerte; mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús” Romanos 6:23.
El pecado es ilustrado como un patrón que paga salarios. Y el salario atroz del
pecado es la separación del cuerpo y del alma de la presencia de Dios para
siempre. Pero si la paga del pecado es muerte lo lógico sería pensar que la
segunda pare del versículo diría “la paga de la santidad es vida” pero
simplemente dice “la dadiva (regalo) de Dios es vida eterna”
La vida eterna es un regalo. Dios absolutamente se rehúsa a vender la
salvación. En la última página de la biblia encontrarás esta invitación final: “Y el Espíritu y la esposa ven: y el que oye
diga ven. Y el que tenga sed, venga; y el que quiera tome del agua de la vida
gratuitamente” Apocalipsis 22:17.
La salvación es el regalo gratuito de Dios. Muchos creen que por sus
obras, buenas acciones, ceremonias y muchas actividades eclesiásticas se
preparan para venir al encuentro de Dios. Pero la Biblia dice: “Nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” Tito 3:5.
Ninguna persona puede pararse y decir “Yo he hecho esto y aquello, y
Dios me debe la salvación.” Las buenas obras son extremadamente importantes
para el cristiano, pero ellas nunca podrán hacer expiación o reparación por
nuestros pecados. Somos salvos a través de la fe en Jesús quien vino a la
tierra, a derramar su sangre en el calvario, y tomó nuestros pecados sobre sí
mismo.
Por medio de este acto, Él se aseguró el perdón de nuestros
pecados. Este es un favor que Dios hizo
por nosotros –Dios ofrece esta salvación como regalo para ti.-
Estoy seguro que estas al tanto del hecho de que un regalo no es un
regalo a menos que sea aceptado, y que un perdón no es un perdón si este es
rehusado. Uno de los casos más extraños de la historia de Los Estados unidos,
se enfoca alrededor de un hombre llamado Jorge Wilson. El fue sentenciado por
la corte de E.U. en Filadelfia allá por 1830 a ser colgado por asesinato y por
robar el correo. Andrés Jackson era el presidente de Los Estados Unidos, y tras
la petición de muchos amigos de Jorge Wilson (tres semanas antes que fuera
colgado), el presidente Jackson emitió un perdón para Wilson. Pero Wilson
asombró al mundo por rehusar aceptar el perdón e insistió que se le colgara de
acuerdo a la decisión de la corte. Jorge Wilson declaró que el perdón no es
perdón a menos que sea aceptado. Este fue un tema en la ley que jamás se había
tratado, porque anteriormente cuando un perdón fue emitido, era siempre
aceptado gozosamente. ¿Debería el comisionado aceptar la decisión de la corte y
colgar a Wilson, o debería él aceptar el perdón presidencial y liberarlo? Como
la ley guardó silencio en esta situación, el presidente Jackson recurrió a la
Suprema Corte para decidir la cuestión enseguida. La decisión se leyó así: “Un perdón es un papel, el valor del cual
depende en la aceptación por la persona implicada. Difícilmente pudiera
imaginarse que una persona ante una sentencia de muerte rechazaría aceptar el
perdón, pero si ha sido rechazado, no es perdón. Jorge Wilson deberá ser
colgado.” Y Jorge Wilson fue colgado.
La mayoría de la gente está de acuerdo que Wilson fue un tonto por
rechazar el perdón. Sin embargo hay aun muchas personas que diariamente están
rechazando lo que Dios ha proveído para ellos. Si tú no eres salvo ahora, eres
un pecador bajo la sentencia de pecado y condenado a morir eternamente en las
tinieblas del infierno. ¡Pero ahora Dios te está ofreciendo un perdón! El te
está diciendo que no necesitas morir, Porque Jesús murió por ti. Difícilmente
pudiera imaginarse que una persona en su juicio cabal rechazaría el perdón del
amor de Dios, el cual Jesús pagó en el calvario. Pero si tú rechazas esta
oferta, no es un perdón. Entonces tendrás que cargar tu propio castigo y pagar
la pena por el pecado por ti mismo.
Dios en su palabra ruega: “Cree
en el Señor Jesucristo… arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; Y recibiréis el don del
Espíritu Santo” Hechos 16:31; 2:38
¿Por qué no hacerlo ahora?