domingo, 15 de julio de 2012

Entrenando a los aguiluchos

Para las águilas la enseñanza de volar es un poco traumática. La madre águila lleva a su aguilucho y lo eleva sobre si misma hasta cerca de tres kilómetros de altura. Desde ahí la mama águila deja caer al polluelo en caída libre.
El pobre polluelo cae chillando, temblando viendo como la muerte se aproxima a la misma velocidad que se aproxima el suelo.
La mama águila retrae sus alas y se lanza detrás del aguilucho hasta alcanzarlo y en el momento que lo tiene sobre ella extiende sus alas para elevarse con su aguilucho nuevamente a las alturas.
Esta rutina se repite una y otra vez hasta que su cría logra aprender a volar por su cuenta. ¿Pueden imaginarse los pensamientos del aguilucho en el momento de ir cayendo? mi mama no me quiere, y ¿Por que me ha dejado pasar por esta experiencia horrible?

En cierta forma el trato de Dios es como el el del águila con su polluelo. En el libro de Deuteronomio capítulo 32:11 encontramos el siguiente versículo:

"Como el águila que excita su nidada, 
 Revolotea sobre sus pollos, 
 Extiende sus alas, los toma, 
 Los lleva sobre sus plumas" 

Viendo esta figura que Dios ocupa para ilustrar su trato para con su pueblo y para con sus hijos, podemos identificarnos con el aguilucho.
¿Cuantas veces hemos hecho la pregunta: Por que Dios permite que pase esto? ¿Acaso Dios no soy tu hijo para que me trates así? ¿Por que Dios te tardas tanto en rescatarme de esta situación?
En la Biblia encontramos que Dios no está preocupado por el paso del tiempo.Veamos algunos ejemplos:
- Dios llamó a Noe para armar un arca cuya construcción tardó cien años.
- La promesa de un hijo para Abraham tardó veinticinco años hasta que nació Isaac.
- Dios esperó mas de Cuatrocientos años para traer de regreso a su pueblo Israel de Egipto.
La verdad es que Dios no está preocupado por el paso del tiempo, en realidad él no tiene tiempo. La Biblia dice: mil años es como un día.

Sin embargo usted y yo tratamos de apurar a Dios con largas oraciones, ayunos. Creemos que de esa forma podemos doblarle el brazo a Dios. Que equivocamos estamos. Dios va a obrar en el momento preciso. Mientras tanto tengo que hacer lo que más cuesta: ESPERAR.
Es difícil espera la respuesta de Dios cuando se tiene un hijo enfermo, cuando vemos que las deudas se incrementan y no hay salida. Es difícil esperar a Dios cuando pasa el tiempo y el trabajo que le estamos pidiendo no llega. Es difícil esperar a Dios cuando como pastores estamos viendo que los hermanos de la congregación no hacen caso al consejo bíblico y amoroso. cuando trabajamos y no vemos que nuestras iglesias crezcan.
Déjame recordarte algo, Dios está al tanto de nuestras situaciones, el está supervisando nuestra caída y en el momento oportuno él va a rescatarnos.
David llegó a sentirse igual, el escribió en el salmo 42:11


"¿Por qué te abates, oh alma mía, 
 Y por qué te turbas dentro de mí? 
 Espera en Dios; porque aún he de alabarle, 
 Salvación mía y Dios mío."

Espera en Dios y por ahora alábale por que él viene a rescatarte, tarde o temprano lo hará. Ten fe

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